Aunque los tiempos han cambiado, en el fondo los alumnos de hoy no se diferencian tanto como se cree de los de antaño. Son personas que están desarrollando su personalidad, aprendiendo a gran velocidad, experimentando grandes cambios, tanto físicos como psicológicos, y que además tienen que responder a las espectativas que los adultos tienen sobre ellos. Si bien es verdad, la cultura y las prioridades han cambiado, pero la materia prima que tenemos es la misma, no es ni mejor ni peor, el POTENCIAL que tienen es inmenso, y por ello hay que saber motivarles, guiarles y conseguir que sean grandes personas. Todo esto se puede conseguir, pero es una labor de toda la COMUNIDAD EDUCATIVA.
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